Desde la estación de tren de Pesues hasta la salvaje playa del Sable y un poco mas, hasta que me atrapo la tormenta y me hizo dar la vuelta. Paisaje estupendo, agreste, aunque al inicio se vean unas carreteras, enseguida las olvidas y disfrutas del una ria muy plastica y muy bien situada. Al llegar al mar, se notan las olas a pesar de ser un dia tranquilo. Y por fin, la lluvia hace que me de la vuelta antes de cumplir mi objetivo, unas rocas a unos metros de la costa, que pensaba rodear como punto de giro.